Desde adentro: Doi Inthanon by UTMB 2023

20

December

Desde adentro: Doi Inthanon by UTMB 2023

Equipo Ecuadoruns

Vine a esta carrera con ganas de portarme valiente y arriesgar más de la cuenta, al fin y al cabo a estas alturas del año, se puede decir que ya no hay mucho en juego. Estamos aquí los motivados y no lesionados con ganas de un último baile...

Autor: Head Coach Joaquín López

Era media noche, la alarma estaba puesta para las 2:30am pero no podíamos dormir. Esta vez no me esperaba solo a mi la carrera, mi Mari, al lado mío, también correría los mismos 100km. En el cuarto de al lado del hotel se escuchaban cosas raras, gritos, lloros, risas, portazos, todo muy extraño… Decidimos bajar a recepción para avisar y esperar que puedan hacer algo, no por nosotros dormir bien, sino por pura preocupación de lo que estaba pasando ahí. Ante este episodio, no se puede decir que dormimos. Seguíamos dando vueltas en la cama cuando sonó la alarma y entre alistarnos y comer alguito ya estaba el taxi afuera para llevarnos a la partida. 

Episodio #1 - Tenía que entregar mis bolsas de asistencia a una persona del equipo de Kailas que me ayudaría en los avituallamientos del km 30 y 70. No me pregunten su nombre porque no lo sé. Resulta que esta persona estaba todavía en ruta asistiendo a los corredores del equipo en la distancia de 160km por lo que me pasó el contacto de otra persona, que tampoco sé su nombre, para que le pueda entregar a ella las cosas y que ella le entregue a él. En la práctica, puede parecer lógico, cuando le agregas el factor idioma, se complica la situación. Faltaban 10 minutos para la largada y no había forma alguna de que me pueda entender con esta persona por teléfono para encontrarnos. Para no alargar el cuento, 5 minutos antes de partir le pude entregar mis bolsas. Con el cortisol en las nubes, nervioso y sin haber podido ni procesar lo que se venía por delante, partimos esta aventura. 

Vine a esta carrera con ganas de portarme valiente y arriesgar más de la cuenta, al fin y al cabo a estas alturas del año, se puede decir que ya no hay mucho en juego. Estamos aquí los motivados y no lesionados con ganas de un último baile y/o los necesitados de un pase directo para poder correr el UTMB 2024. Yo ponía check en los dos cajones. 

Salí en el grupo de punta, casi que cerrando el grupo pero aguantando con ellos, pudiendo contar por lo menos unos 10 - 12 corredores adelante. Entre ellos. grandes personajes como Ludo, Pere, Raul, Gamito, Guanfu Meng y unos cuantos más. Al primer punto de avituallamiento logré aguantar el ritmo, raspando y del gancho, pero ahí me mantuve. Consciente de que el esfuerzo que estaba haciendo era más de lo que acostumbro al comienzo de un Ultra, pero ya nada. 

Episodio #2 - El calor y humedad estaba fuerte, sudamos como chanchos, todos, hasta los locales. Como siempre acostumbro a hacer en carreras de calor, me mojo la cabeza y cuello con agua fría. En pleno punto de avituallamiento, veo botellas alineadas y sin ni pensarlo me abro una al apuro y me baño entero, dejo nada más un sorbo al final para tomar y seguir. El rato que pruebo un bocado, noto un tono bastante dulce, consternado paro a cero y tomo un poco más para estar seguro. Sí, efectivamente me bañe en un tipo de Gatorade tailandes en el km 11 de carrera, hasta las pestañas se me pegaban de lo meloso que me quedó todo. 

En cuestión de 2 segundos cuando empezamos a bajar, me pasaron como a poste unos cuantos y con las justas pude aguantarles a algunos. Eso sí, chao a los corredores de punta, no les volví a ver. 

En un sube y baja de caminos y senderos técnicos en medio de la selva, empezó a amanecer. ¡Qué lugar más espectacular! Los rayos de luz de color naraja del amanecer entraban entre los arboles y hojas y alumbraban partes del sendero. A pesar de la belleza del momento, no había cómo mirar mucho porque cualquier distracción era caída segura, se necesitaba concentración pura para bajar bien y no jugársela. Así, mientras seguía amaneciendo y saltabamos troncos, mis piernas se ponían más pesadas y mi cuerpo colaboraba menos. Ya para el km 30, llegando al avituallamiento asistido, no podía parar de pensar en cuánto me faltaba y en lo reventado que estaba. - “Sí, efectivamente te comiste los cuádriceps y esto ni empieza, te jodiste” - 

Episodio #3 - Abasto asistido con una persona que no habla tu mismo idioma. Había dejado escrito todo en un papel para que pueda traducir, pero esto es mucho más complejo de lo que uno puede imaginarse. A pesar de su buena voluntad, todo estaba hecho un desorden,las cosas que necesitaba no las encontraba y las cosas que quería tomarme no estaban listas. Me frustré, me demoré y mi actitud en el momento no fue la mejor. Acelerado, atolondrado y generando más ansiedad en un momento ya complicado. Para qué voy a mentir, en el ya bajo momento en el que venía, esto nada más logró que me hunda más. 

Los siguientes 10km fueron seguramente de los momentos más bajos que he tenido en una carrera de trail en la vida, tanto física como emocionalmente. Mi mente, lo único que me repetía una y otra vez es: - “estás drenado, el año ha sido largo y esto ya estuvo demás”.- Sumado a esa negatividad, o en parte por ella, en cuestión de 30min me caí 3 veces y me doble el tobillo. Cuerpo y mente definitivamente no estaban colaborando. Por suerte, así tan demacrado como me sentía, nadie me pasaba. Esto logró desencadenar un poquito de positivismo pensando que el resto debe estar pasándola mal también. -“nada más me queda que seguir poniendo un paso frente al otro y comiendo lo que más pueda para salir de aquí y que se acabe esto pronto” -  

Para llegar al avituallamiento había como 500m de entrada y salida y logré ver a Valentin, Ludo y Peiquan Yuo saliendo del abasto, calculo que me sacaban unos 8 minutos aproximadament. Atrás mío dos corredores relativamente cerca, a menos de 3 minutos. Por suerte saliendo del avituallamiento empezaba la segunda subida larga. No que estaba físicamente bien para afrontarla, pero por lo menos estaba consciente de que en las subidas, y sobre todo las subidas empinadas, sufro menos que el resto. Eso sí, el nivel de inclinación de ésta en particular es algo que no había visto antes, más del 30% sostenido pero larguísimo. ¡Qué paliza! Ni porque soy bueno subiendo logré aguantar, me pasaron los dos que venían detrás, pero sorprendentemente yo también empecé a pasar a algunos soldados caídos de los que salieron en punta desde el inicio. No me sentía mejor, venía apretando dientes y sufriendo, pero se notaba que tenía energía porque podía mantener la constancia y moverme relativamente bien. Seguro que se debe a las cargas altas de carbs que me venía embutiendo, unos 80g de carbs/h aproximadamente. Gel tras gel, pastilla de sal tras pastilla de sal, es lo único que no dejaba pasar por nada del mundo y seguramente lo único que me mantenía de pie. 

Episodio #4: km 50. Abasto con drop bag. Antes de partir me sentí un viejo zorro cuando tuve esta gran idea. En esta carrera, además de los puntos de asistencia externa en el km 30 y 70 se podía mandar un drop bag al km 50. Estratégicamente, para ir más liviano (tomando en cuenta la cantidad de carbs que me estaba embutiendo) a pesar de tener asistencia decidí mandar un drop bag para salir del 30 a la cuesta larga con lo justo y necesario y llegar al 50 a recargar para los siguientes 25km. Sorpresa. Llego y me encuentro con el camión con las bolsas de abasto empezando a descargar. Preocupado pido que me ayuden a buscar la mía - “ 210, 210, por favor, ahí está toda mi comida, ¡210!”- Mientras buscaban me comí un poco de fruta, me bañé en agua con hielo y poca cosa más. Salí a revisar esperanzado, pero no, no la encontraban. Nuevamente la frustración no hizo más que atolondrarme y hacerme perder tiempo de la manera más absurda, dando vueltas en círculo sin hacer nada del todo bien. En mi defensa, debo decir que los productos de un punto de avituallamiento de Asia son bien diferentes a lo que estamos acostumbrados, no reconocía qué era la comida, probaba algo y no me gustaba, en fin, la situación me puso en jaque. Al final decidí llevarme lo viejo conocido, coca cola y sandía. Me demoré aproximadamente 5 min en salir, una eternidad para poder competir en una carrera de este nivel de competencia. Además, desde este punto cómo planificamos con mi nutri Paz Estevez, íbamos a empezar con geles de cafeína y reponer pastillas de sal. Una vez más, valí. Dejavú a la UTMB donde me pasó lo mismo en Courmayeur. 

Salí y literalmente pensé - “reir para no llorar” - Por alguna razón esa frase me dio el confort que necesitaba y me volvió a mi esencia. Estoy aquí por y para esto: una aventura. Toma tu aventura, ¡a tomar coca cola y a andar carajo que todavía queda la mitad y todo puede pasar!

No sé ni cómo pero los km empezaron a pasar más fácil. Por primera vez desde que comenzó la carrera empecé realmente a disfrutar y no a sufrir como perro. Hasta se me hizo corta la siguiente sección, en la que honestamente no sé ni a cuantos corredores pasé. Lo único que tengo del todo claro es el sentimiento de estar corriendo en el bosque nublado de El Guarumal, Pululahua, que seguramente es el lugar al que tengo más cariño en Ecuador. Ah, y también ayudó que llegando al siguiente punto de asistencia logré encajar con la dupla francesa, Valentin y Ludo. Pensé - “Dentro de todo no he estado tan mal, estamos aquí y ahora. No sé en qué puesto estoy, pero estoy convencido que los kamikazes de punta se van a fundir.”- Si algo tengo claro es que a Ludo y su estilo de correr se lo respeta, así que estar junto a él, además de ser una honra completa, es una tremenda estrategia.
Llegamos juntos al punto de asistencia, fiel a mi nueva gasolina: coca cola - sandía - ducha de agua con hielo y nos fuimos. 

Todavía no me acostumbraba a correr junto a Ludo cuando de repente se volteó a mirarnos, sonrió, y casi de manera imperceptible puso una marcha más y desapareció en cuestión de segundos. Chao, nos vimos. El subidón de energía que me dió para llegar hasta acá y recuperarme, se iba desvaneciendo con cada paso que daba . Nuevamente estaba entrando de cabeza a la pain cave y esta vez no había gel que lo pueda evitar, las sandías nada más parchaban lo inevitable. 

Eso sí, esta vez la mente estaba dispuesta a entrar y cavar profundo. - “si hay que sufrir se sufre pero no me voy a dejar vencer por nada en el mundo” - 

Episodio #5: Avituallamiento asistido km 70. Venía soñando con mis geles y bebidas altas en carbs de 226 con las que ya he venido entrenando y me funcionan a la perfección. Llego y como no podía ser de otra forma, el abasto era un completo caos. Las cosas que necesitaba no estaban, rebuscando encontré un par de geles y nada más pedí que me llene con coca cola un flask. Ya nada, en esta carrera mi High Fructose se llamará Coca cola, no hay de otra. - “Reir para no llorar.” - Nuevamente, siendo autocrítico, por atolondrado y acelerado no fui eficiente y me demoré una eternidad. No salía aún del avituallamiento y en mi mente ya tenía claro que este es uno de los puntos que más quiero mejorar el próximo año, esta ineficiencia en los abastos no puede ni va a seguir pasando.

De aquí en adelante, pasé a probablemente 300 personas. Sí, no es chiste. Resulta que nos topamos con la segunda mitad de corredores de la carrera de 50km. Además, mucho de lo que faltaba era un sendero técnico en el que, además de sortear el terreno, esquivar personas que no entienden tu mismo idioma fue todo un desafío. Empecé con “EXCUSE ME!”-, no funcionó ni duró mucho, pasé a gritar, “CAREFUL!”, algo funcionó pero no cumplió su función de alertar a la gente con la urgencia que necesitaba, el ganador fue un grito tipo orangután: “O -O -O -O” agregando la palabra elephant. Tanto que la misma gente lo replicaba y ayudaba a alertar a los que estaban más adelante: “ELEPHANT O- O- O- O” se escuchaba por todo el sendero mientras bajaba como un desaforado. (Elephant porque así se llamaba la carrera de 100km). A pesar que fue algo molesto e incluso peligroso, la situación de pasar gente me ayudó mucho a enfocarme en no embestir a alguien y olvidarme de cuanto venía sufriendo y lo mal que lo estaba pasando. Conscientemente puedo decir que si estaba solo en esas bajadas macabras y con mi mente jugándome en contra, esa pain cave habría sido muuuucho más profunda. 

Faltando 12km, la competencia estaba frenética. Saliendo del último avituallamiento para bajar a meta logré ver a Ludo delante mío, y mientras salía yo atrás entraban Kento Tamura y Guidu Qin. Ni sabía en qué puesto estaba pero lo que estaba claro es que estábamos 4 corredores a menos de 5min de separación y a una bajada de la meta. ¡Ayau lo que dolió esa bajada! Dolió duro, mis 5 uñas negras lo confirman. En una recta larga logré ver a Ludo y para alcanzarlo me forcé al punto en el que honestamente pensé que mi cuerpo iba a colapsar como en esos videos de triatletas que se tambalean cuando ven el arco de llegada. Logré estar muy cerca de alcanzarle, pero también, mientras empezaba a ver algo borroso del esfuerzo, logré ver que atrás venía uno muy cerca. Ni yo podía agarrar a Ludo, ni Guidu a mi, todos dando nuestro 200% y ninguno cediendo, qué grande es este deporte. 

Llegué a la meta, completamente destruido, vacío como pocas veces. Ludo seguía acostado en el piso con una toalla en el pecho y unos paramédicos alrededor. Este tipo es una completa leyenda. Después de una trayectoría tan larga como la que ha tenido, tener esa voluntad de llevar su cuerpo al máximo para pelear por un 6to puesto a sus 48 años, es algo tal vez más valioso y admirable que ganar una carrera. 

Me sentía feliz, sí, pero feliz de que se acabó y que no me desmayé antes de cruzar la meta.  Me senté en la primera silla que encontré y no me volví a levantar en por lo menos 30 minutos. Qué destrucción más brutal, pocas veces he apretado y sufrido así por tanto tiempo. Por mi posición en meta me enteré que los que pensé que iban a palmar no solo no palmaron, nos dieron una cátedra. Top 3 para China, seguido por 3 titanes de este deporte, Raul, Pere, Ludo, y luego este Ecuatorianito ahí medio moribundo que se metió 7mo. La diferencia del 2do al 9no fue de apenas 15 min. ¡Qué carrera, qué nivel, una locura! Este deporte está subiendo su nivel extremadamente rápido y si se quiere estar ahí arriba toca entregarse mucho más de lo imaginado. Quería aventura, toma tu aventura.