Los 5 principios del entrenamiento deportivo
Hoy, quiero explorar contigo los “principios del entrenamiento deportivo”, aquellos que son como los cimientos de una casa bien construida.
Autor: Coach Andrés Salvador
Cuando me propusieron escribir para el blog de Ecuadoruns, consideré temas que iban desde implementos tecnológicos hasta conceptos avanzados de rendimiento. Pero, en este océano de información, a veces es mejor tocar tierra y regresar a las bases. Hoy, quiero explorar contigo los “principios del entrenamiento deportivo”, aquellos que son como los cimientos de una casa bien construida. Al entenderlos, no sólo ganamos claridad en medio de tanta información que existe hoy en día, sino que también sentamos las bases para un crecimiento continuo.
En este blog me centraré en los cinco principios que expone el curso “Science of Exercise” de la Universidad de Boulder Colorado, el cual acabo de concluir; y, como toque personal, he optado por añadir un componente adicional que considero importante para disfrutar el proceso de la mejora continua.
1. HOMEOSTASIS: nuestro cuerpo siempre buscará el equilibrio
La homeostasis es el equilibrio interno que mantiene nuestro organismo para funcionar de manera óptima y es la razón por la cual nuestro cuerpo realiza varias adaptaciones fisiológicas cuando hacemos ejercicio.
Cuando nos exponemos a las demandas del ejercicio, este equilibrio interno se ve alterado, ante lo cual nuestro cuerpo responde con ingenio. Observamos ajustes como la sudoración para regular la temperatura, el fortalecimiento del corazón para bombear sangre de manera más eficiente, y el desarrollo muscular para mantener la intensidad del esfuerzo, entre otros.
Estos cambios, si bien son respuestas inmediatas, cuando ocurren de manera constante y controlada, dan lugar a mejoras a largo plazo.
2. INCREMENTO PROGRESIVO DE LA CARGA: desafíate de manera constante y progresiva
Cuando hablamos de “carga del entrenamiento” principalmente nos referimos al tiempo que entrenamos, los kilómetros que recorremos y la intensidad a la que nos ejercitamos. Como vimos en el principio anterior, nuestro cuerpo es una máquina adaptable, listo para ajustarse a las demandas que le presentamos. Por lo tanto, la clave reside en desafiarlo de manera constante y progresiva para impulsar su mejora continua.
Debemos tener en cuenta la importancia de realizarlo de manera gradual, incorporando períodos de descanso y recuperación ya que en ellos es donde nuestro cuerpo absorbe lo entrenado y ocurren las adaptaciones más importantes. Permitir que nuestro cuerpo avance paso a paso y se recupere, no solo previene lesiones, sino que también garantiza un retorno más fuerte y resiliente.
3. ESPECIFICIDAD: enfócate en las habilidades que requiere tu actividad deportiva
En el principio de "Especificidad", la clave radica en enfocarse en las habilidades esenciales para tu actividad deportiva. Cada disciplina requiere destrezas únicas, por lo que identificarlas y entrenar de manera específica se vuelve esencial.
Tomemos como ejemplo a dos corredores: uno persigue carreras explosivas de 10 km, mientras que el otro se prepara para carreras de resistencia de 100 km. Aunque ambos practican el mismo deporte, sus distancias demandan habilidades distintas, lo que se traduce en entrenamientos diferenciados.
Al momento de entrenar, ten presente que tu cuerpo mejorará únicamente en los aspectos que estimules, por lo tanto, el entrenamiento debe tener un enfoque integral y equilibrado, que evite desbalances en el cuerpo y que te brinde armonía entre el rendimiento deportivo y tu salud.
4. REVERSIBILIDAD: úsalo o piérdelo
Como mencionamos anteriormente, nuestro cuerpo es altamente adaptable, pero si dejas de estimularlo perderá sus mejoras y volverá a sus niveles previos. En otras palabras, aquí aplica la frase: úsalo o piérdelo. Por lo tanto, la constancia es clave para una mejora continua.
Sin embargo, es importante destacar que la ausencia ocasional de entrenamiento no conlleva a la pérdida inmediata de ganancias. Por lo tanto, no deberías temer perder lo ganado en situaciones donde, debido a compromisos familiares, laborales u otros, no puedas entrenar durante unos días. Es más importante enfocarse en lo construido en años de entrenamiento, que en lo trabajado en una semana.
5. INDIVIDUALIDAD: cada persona es única
Aunque todos compartimos el título de “corredores”, cada individuo es único. Supongamos que vamos a realizar un plan de entrenamiento idéntico en dos personas que tienen la misma edad, sexo y nivel físico; de manera general podemos predecir que ambas mejorarán en su condición física, sin embargo, la magnitud de dichas mejoras será diferente en cada persona.
Las diferencias provendrán desde factores genéticos hasta de estilo de vida, por lo tanto, un plan de entrenamiento debe ser personalizado en base al estilo de vida, fortalezas, debilidades y aspiraciones de cada persona.
Los cinco principios mencionados anteriormente sientan las bases para un entrenamiento efectivo, pero hay un componente adicional que quiero agregar: la comunidad que te rodea. Cada deportista sigue un camino único, pero compartir ese trayecto con otros crea una dinámica especial y es una fuente invaluable de motivación y apoyo. Disfruta del proceso junto a tus amigos, comparte experiencias, celebra logros y conquistas, y deja que la energía de la comunidad eleve tu rendimiento.
Espero que estos principios te puedan guiar en tu planificación y puedas disfrutar cada etapa del proceso hacia la consecución de tus objetivos.